Por Nibaldo- Instructor FIDE
El ajedrez es un juego de mente, estrategia y, por supuesto, de respeto. Sin embargo, no todos los jugadores se comportan de manera ética durante una partida. Existen ciertas actitudes que, aunque no están estrictamente prohibidas por el reglamento, son claramente antideportivas y pueden alterar el curso de una partida. Aquí exploramos algunas de estas conductas funestas que deben ser identificadas, evitadas y corregidas.
1. Toser Reiteradamente Cuando el Rival Piensa
Una de las formas más molestas —y tristemente comunes— de distraer al oponente es toser de manera constante justo cuando el rival está pensando. Cuando esto se repite varias veces durante una partida, es difícil no pensar que se hace con intenciones poco honestas. Esta actitud no solo rompe la concentración del contrario, sino que crea un ambiente incómodo.
2. Golpear las Piezas al Mover
Hay quienes, al realizar su jugada, sueltan la pieza con fuerza innecesaria, haciendo ruido con el claro propósito de incomodar. A veces se acompaña de un golpe al reloj igualmente innecesario. Este tipo de acciones refleja falta de autocontrol y respeto.
3. Observar Fijamente al Rival
El ajedrez es un juego silencioso, pero eso no da derecho a incomodar con la mirada. Algunos jugadores observan fijamente al oponente, generando una presión innecesaria. La mirada intimidante no es parte del juego.
4. Movimientos Teatrales y Suspiros
Mover la cabeza de lado a lado, suspirar con fuerza después de la jugada del rival, o incluso reírse en voz baja son formas pasivo-agresivas de decir: “Tu jugada fue pésima” o “Estoy ganando con facilidad”. El teatro no pertenece al tablero.
5. Levantar la Mano Constantemente
Algunos jugadores, sin motivo válido, llaman al árbitro de forma continua, buscando cansar mental o emocionalmente al oponente. A veces protestan por supuestas irregularidades insignificantes, más con la intención de molestar que de buscar justicia.
6. Comentar la Partida en Voz Baja
Aunque no se hable directamente con el oponente, hay quienes murmuran mientras piensan o después de jugar. A veces lo hacen de forma que el rival escuche frases como “qué jugada más mala” o “esto está ganado ya”, buscando desmoralizar.
7. Tardanzas Intencionales
En partidas a ritmo clásico, algunos jugadores que están perdidos se levantan constantemente, caminan durante largos minutos o simplemente no regresan al tablero hasta que el reloj los obliga. No es una forma directa de hacer trampa, pero sí una manera de molestar al oponente que sigue luchando con seriedad.
CONCLUSIÓN
Estas actitudes no solo afectan el desarrollo justo del juego, sino que también manchan la imagen del ajedrez como deporte intelectual y respetuoso. Los entrenadores tienen una gran responsabilidad: enseñar no solo táctica y estrategia, sino también valores y ética en el tablero.
Promover el juego limpio es tan importante como enseñar a dar jaque mate.
Publicar un comentario