Por Nibaldo Calvo Buides
Hace un par de días una persona le pregunto a otra donde yo trabajaba; y cuando esta le dijo que yo imparto clases de ajedrez, su respuesta fue : “pero eso no es trabajo.”
Y según supe, fue una respuesta bordada de desprecio por la actividad que desempeño.
Esta persona esta equivocada, porque parece que piensa que trabajo solo es el que realizan los constructores, economistas, periodistas, y cualquier otra profesión, menos ser instructor de ajedrez.
Lamentablemente esa persona ignora que la práctica del ajedrez reporta un montón de beneficios para el desarrollo social de los seres humanos.
Hace un par de días una persona le pregunto a otra donde yo trabajaba; y cuando esta le dijo que yo imparto clases de ajedrez, su respuesta fue : “pero eso no es trabajo.”
Y según supe, fue una respuesta bordada de desprecio por la actividad que desempeño.
Esta persona esta equivocada, porque parece que piensa que trabajo solo es el que realizan los constructores, economistas, periodistas, y cualquier otra profesión, menos ser instructor de ajedrez.
Lamentablemente esa persona ignora que la práctica del ajedrez reporta un montón de beneficios para el desarrollo social de los seres humanos.
El ajedrez despierta la creatividad y la fantasía, nos fortalece el razonamiento lógico, nos educa la paciencia, nos enseña a tomar decisiones personales, nos forja el carácter, aprendemos que tras el esfuerzo somos gratificados con la victoria, nos aleja de los malos vicios, como la droga y el alcohol…y cuantos mas beneficios que seguro Usted y yo conocemos perfectamente.