AI Bárbara López-Chávez Mariño
Dr. Carlos Félix Alonso Villasuso
En el tablero de Ajedrez todas las piezas son masculinas, menos la Dama , la que no existía
cuando se creó el juego. El Alferza era la
pieza que ocupaba el lugar al lado del Rey, como su consejero, y sus
movimientos eran diferentes a los de la
Dama actual. La
Dama es una pieza sorprendente en un mundo generalmente
masculino: puede moverse en todas direcciones, teniendo una gran fuerza en el tablero.
Hay una anécdota que cuenta que en Valencia fue donde se incluyó por primera
vez a la Dama ,
en homenaje a Isabel la
Católica.
En América, Sor Juana Inés
de la Cruz tuvo
que realizar sus estudios y escribir su obra refugiada en un convento, casada
con Dios; pero, cuando su obra molestó a las autoridades eclesiásticas (que son
masculinas), se vio obligada a renunciar a su espiritualidad y a no volver a
tocar nunca más un papel y una pluma. Para esta época, en la que la Dama surge como homenaje a
una reina, la más famosa de la historia de España, y en siglos venideros, la
mujer no era motivo de ningún homenaje justo, al contrario, aún perteneciendo a
los círculos de poder, y sobresaliendo en ellos, era esclavizada, tenía que
asumir la sumisión al hombre, porque ese era el lugar que “Dios le asignó”. Y
todavía hoy ocurre así.
Muchas de las mujeres hoy presidentas, vicepresidentas,
políticas y financieras famosas no son más que eso, instrumentos de círculos de
poder que son, en su cruda naturaleza, defensores a ultranzas de la hegemonía
masculina, la ideología patriarcal. Ah, que tenemos hoy el derecho de
reinterpretar los sucesos de la historia y re-significarlos? Estamos de
acuerdo. Entonces la frase debería ser: Hoy, podemos asumir la Dama del Ajedrez como un
justo homenaje a la mujer. Pero, presten atención, que lo justo tiene su
límite: la Dama
es la pieza más poderosa (pudiéramos decir), mas el juego termina cuando se
mata al rey. A pesar de su poder, la
Dama está en función de la defensa del marido y en vencer al
enemigo. ¿Y el marido? Bien, aquí, mirando, mandando a todos a matarse por él.
Todos se pueden y deben sacrificar, menos el Rey.
En América Latina el asunto es sumamente complejo. En el
año 1990 se graduó como Árbitro Internacional la primera mujer; tres años
después, en 1993, la segunda. La tercera árbitro se gradúa en abril del 2012,
en la reunión celebrada en Elista, Rusia, diecinueve años después. También, en
este mismo año, se gradúa la argentina Inés Gómez, en el Congreso de Estambul,
Turquía. Ocupa la mujer latinoamericana el 4% del total de mujeres árbitros.
Árbitro Internacional Inés Gómez
Como Árbitros FIDE solo tenemos seis mujeres en nuestra
región, lo que nos dice que nuestra cantera para Árbitros Internacionales es
bien pobre.
Solo estos números hacen sospechar que, también en el arbitraje,
las mujeres tienen que superar muchas y difíciles barreras creadas por
estereotipos sociales y culturales. Si todavía hoy hay entre los ajedrecistas
quienes no gustan de jugar en torneos contra ninguna ajedrecista, cuántas cosas
no se tendrán en cuenta a la hora de evaluar el desempeño de una mujer que
aspira a incluirse en el mundo del arbitraje.
En Cuba no abandonamos la batalla por los derechos de la mujer, por eso existe