En ajedrez, no todas las buenas jugadas hacen ruido. Algunas no vienen con jaques, ni con capturas espectaculares, ni con amenazas evidentes. Son las llamadas jugadas silenciosas: movimientos que pasan desapercibidos… hasta que es demasiado tarde.
Una de las formas más elegantes en que una jugada silenciosa se convierte en decisiva es cuando limita las casillas de escape del rey enemigo. No se ataca directamente, pero se prepara la red de mate con una precisión quirúrgica. Es como cerrar lentamente las salidas de una habitación antes de apagar la luz.
Muchos mates no se logran con fuerza bruta, sino con este tipo de maniobras inteligentes: una torre que se ubica en una casilla para cortar una columna, un alfil que se ubica lejos pero controla la diagonal clave, o incluso un peón que avanza solo un paso para bloquear una salida.
En el siguiente ejemplo, veremos cómo una torre, de manera silenciosa, aparentemente sin peligro, se convierte en el ingrediente principal de una red mortal para el rey rival.
Torneo Internacional Gaudal, 1991
Blancas: GM Kengis, Edvins
Negras: GM Djurhuus, Rune
En la posición del diagrama a continuación, las piezas negras se preparan para atacar al rey blanco que ha quedado expuesto en el centro. La jugada 16... Df2+ salta a la vista, pero las siguientes maniobras no son tan evidentes.
¿Puedes encontrarlas? Son movimientos sutiles que van cerrando todas las rutas de escape.
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