De que la vida nos exige la
observación en uno u otro campo donde nos desempeñemos, es casi una regla. ¿No
observa Ud. a diario sus propios actos y el de los demás? ¿no reclamamos de
médicos, maestros que sea un buen observador?
Para las ciencias el punto de
partida de cualquier invento, descubrimiento, análisis, lo constituye la
observación. A través de la observación escogemos los datos que nos son
necesarios, pero he aquí que esta selección tiene que ser extremadamente
flexible, susceptible de recoger en el medio del camino, multitud de nuevos
aspectos, abierta a todas las sorpresas.
¿Podría ser un buen observador el
maestro que sólo ve en el niño con dificultades su mala ejecución en las
matemáticas? ¿podría ser un buen observador el médico que atiende sólo un
síntoma febril?
La observación en Ajedrez es una revolución dentro
del propio individuo, pues las respuestas que se exigen a los problemas que se
plantean necesitan arrojar por la ventana, las definiciones hechas y los
límites estrechos de cualquier teoría. Se relaciona así la facultad de
búsqueda, libre de prejuicios.
Más que un método, la observación implica la
libertad de ver, de escoger, de seleccionar lo necesario para enfrentar una
problemática, para superar nuestras dudas, para lograr el verdadero sentido de
la posición.
En esta posición juegan las negras. Es
una posición compleja y su análisis tiene varios momentos, pero de ellos vamos
a tomar tres que demuestran la necesidad de entrenar la facultad de observación:
·
1....Ae2 + y el blanco ahora observa la siguiente continuación. Si 2. Rg5
con la esperanza de 2....a1 =D 3. Ac1 + D:c1 4. g8 =D Dg1 + 5. Rh6! D:g8 y ahogado.
·
Pero el negro juega más
sutilmente, después de 2. Rg5 a1= T ! y al final de la anterior variante,
el rey blanco dispone de la casilla libre de h7 y con ello perdería la partida.
Así el blanco pensando que el negro iba a pedir torre hubiera jugado 1...Ae2
+ 2. Rg3 a1 = T 3. Ac1 ! T:c1 4. g8 = D Tg1
5. Rf2 Tg8 ahogado. Pero
en tal caso hubiera decidido 2….a1 = D y no habría posibilidad de refugio en f2
y el negro ganaría la partida.
·
Así que aquí el blanco tiene que
observar cómo lograr acceso por igual a las casillas de ahogado h6 y f2 y daría
igual si es una dama o una torre lo que pida el negro. ¿Cuál es ese punto
equidistante independiente de la petición que haga el negro cuándo corone su
peón? La observación requiere meditación y cuando esto sucede la mente se
vuelve extraordinariamente nueva, atenta, puede comprender un nuevo punto de
vista. La observación se desplaza silenciosamente y acalla el deseo de
encontrar la solución.
·
La variante para conquistar las
tablas tiene que liberarse de los prejuicios anteriores 1.... Ae2 + 2. Rh4!! a1= D 3. Ac1+ D:c1 4. g8= D Dh1+ 5. Rg5! Dg1 + 6. Rh6! D:g8 ahogado. Y sí 2....a1= T 3. Ac1 + T: c1 4. g8= D Th1+ 5. Rg3! Tg1 6. Rf2
Tg8 ahogado.
La
observación requiere disciplina, pero no una disciplina impuesta, sino alerta a
los imprevistos y escollos del camino: darse cuenta. La observación hace surgir
un pensamiento fresco cuando este es necesario. Con la observación aparece el
desafío de ver, la selección de lo necesario para enfrentar una problemática
emerge como una aventura que nos sorprende, se atiende al todo y se gana con
ello un verdadero sentido y con ello una estrategia para la vida.
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