Por Nibaldo Calvo Buides
¡Y llegó el Día del Niño!
Hoy es 30 de abril y en todo México se estará celebrando esta ocasión especial en la que celebramos a los pequeños.
La idea de festejar esta fecha surgió el 20 de noviembre de 1959, cuando la Asamblea General de la ONU tuvo una reunión en la que decidió reafirmar los derechos de los niños universalmente.
A partir de entonces, cada país dispone de un día para celebrar y organizar actividades para ayudar a desarrollar el bienestar de los pequeños en todo el planeta.
A partir de entonces, cada país dispone de un día para celebrar y organizar actividades para ayudar a desarrollar el bienestar de los pequeños en todo el planeta.
En la República Mexicana se celebra el 30 de abril.
Le envío mis más cordiales FELICITACIONES a todos los niños mexicanos, y muy especialmente a los niños vinculados al ajedrez.
He trabajado y sigo trabajando en el desarrollo de pequeños ajedrecistas de diversos Estados de la República Mexicana, y a todos los admiro por su amor por esta bella disciplina.
Me resulta grato acudir a torneos de ajedrez donde proliferan pequeñines de diferentes categorías, porque de solo verlos jugar me contagian de alegría, de ilusiones, de futuro.
Acostumbro comentarles a mis conocidos: "Los niños son muy privilegiados para dedicarse con seriedad al aprendizaje del ajedrez, porque se encuentran en la etapa del pajarito".
Entonces me preguntan, ¿y cuál es esa etapa?
Y yo les respondo: "¿Qué sucede cuando el pajarito tiene hambre?, Pues abre su piquito y mamá o papá acude para darle de comer..."
Los niños viven una etapa especial de la vida, donde no se encuentran ni viciados ni sujetos a ciertos órdenes de vida que tenemos las personas mayores.
Eso sí, quiero advertir acerca de cuánto los padres pueden afectar en el desarrollo ajedrecístico de sus propios hijos.
He aquí algunos consejos que los padres deben tener presente si desean que sus hijos se conviertan en ajedrecistas de verdad (basado en mi experiencia como maestro de ajedrez):
- Entienda de que Usted es el padre (o la madre) y él es el niño, quien lleva su propia vida. Resulta absurdo obligar a su hijo (a) a que sea o haga en el ajedrez lo que Usted no hizo en esa edad, mucho menos si Usted como adulto no cuenta con los conocimientos debidos para preparar a su pequeño (a).
- No recrimine a su hijo cuando se equivoca en una partida. Nunca le digas: ¡NO PUEDES PERDER! Eso sería nefasto; porque bien sabemos que todos nos equivocamos. Lo que debe hacerse es analizar con él dónde estuvo el fallo y ayudarlo a corregir esa falta mediante la exposición de una variante mejor que él pasó por alto, y animarlo para que se reponga y salga a ganar la próxima partida.
- Cuando su hijo pierda una partida y llore, no le digas: LOS HOMBRES NO LLORAN", porque bien sabemos que LOS HOMBRES SÍ LLORAN. Y si el niño lloró es un indicio de que "sintió" la partida, y nos corresponde a los adultos acercarnos al niño y aconsejarlo; así paulatinamente asimilará las derrotas y se repondrá de estas.
- No le digas a su hijo que él es el MEJOR y que los otros no saben nada de ajedrez. Mejor dígale que ganó el torneo o quedó bien ubicado porque se preparó mejor.
- No promueva a su hijo como un erudito, un genio, un fuera de serie, un extraclase....y todos esas exageraciones que los padres suelen decir de sus hijos, máxime si en realidad no cuentan con esos atributos. Eso daña la imagen del niño y este sentirá una presión inmerecida, que dará al traste con sus aspiraciones. Es preferible decir: "Mi hijo tiene posibilidades para progresar en el ajedrez, el tiempo dirá..."
- Enseñe a su hijo a respetar a su rival. Resulta inaceptable que Usted como adulto (a) le encomiende a su pequeño que denigre verbalmente al rival de turno, con frases como estas: "te ganaré rápido", "yo soy mejor que tú". Esas actitudes dejan mucho que desear...
- Enséñale a su hijo a ser un ajedrecista modesto con sus victorias. No le inculque que emita frases de grandilocuencias y que se crea ser el centro del universo por haber obtenido una victoria o haber ganado un torneo. ¿Se imaginan Ustedes que todos los ajedrecistas actuaran así?, ¿No crees que en caso de ser afirmativa la respuesta entonces un torneo de ajedrez sería un lugar indeseado?, Pues evite actuar así.
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