KORCHNOI JUGÓ UNA OLIMPÍADA ¡CON UN OJO VENDADO!
Algunos ajedrecistas incumplen con su participación en torneos sin justificación alguna; otros, como Viktor Korchnoi, hacen hasta lo imposible por no ausentarse, incluso en condiciones físicas adversas.
En la Olimpíada de Ajedrez de Manila, Filipinas, en 1992, el célebre Gran Maestro ruso-suizo Viktor Korchnoi disputó todas sus partidas con un ojo vendado, ya que se estaba recuperando de una reciente operación ocular. A sus 61 años de edad, este guerrero del tablero demostró una vez más su espíritu de lucha inquebrantable.
A pesar del evidente hándicap, Korchnoi tuvo un torneo notable, jugando en el segundo tablero del equipo de Suiza. Logró 6.5 puntos en 11 partidas, con 4 victorias, 5 empates y solo 2 derrotas, enfrentando a fuertes rivales como Evgeny Bareev (Rusia), Joel Lautier (Francia) y Kevin Spraggett (Canadá).
Para Korchnoi, jugar así no fue un acto de heroísmo sino una extensión de su identidad como ajedrecista: “No vine aquí a retirarme, vine a competir”, se le escuchó decir.
Este episodio no solo es impresionante por lo visual —un gran maestro con un parche en el ojo frente al tablero— sino por lo que representa: compromiso, pasión y respeto por el ajedrez y por la competencia misma.
En tiempos donde algunos jugadores abandonan torneos por pequeños contratiempos, Korchnoi nos dejó una lección silenciosa pero poderosa.
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