Por Nibaldo- Instructor FIDE
En el ajedrez, es común que en posiciones aparentemente sencillas cometamos errores que normalmente no cometeríamos, mientras que en situaciones complejas logramos encontrar jugadas brillantes. Este fenómeno se conoce como amaurosis scacchistica, o "ceguera ajedrecística", y fue acuñado por Siegbert Tarrasch para describir esos momentos en los que, por diversas razones, no vemos jugadas evidentes.
Una de las causas de esta ceguera es la complacencia que puede surgir en posiciones simples. Al percibir la situación como fácil, bajamos la guardia y dejamos de aplicar el rigor necesario, lo que puede llevarnos a pasar por alto amenazas o jugadas clave. Por otro lado, en posiciones complejas, nuestra mente se activa plenamente, analizamos con mayor profundidad y estamos más alerta, lo que nos permite encontrar soluciones creativas y precisas.
Además, factores psicológicos como el exceso de confianza o la falta de concentración pueden influir en nuestro rendimiento. El exceso de confianza puede llevarnos a subestimar a nuestro oponente o la posición, mientras que la falta de concentración puede hacer que no detectemos errores evidentes.
Para evitar estos errores, es fundamental mantener una actitud constante de análisis y concentración, independientemente de la aparente simplicidad o complejidad de la posición. Recordemos que cada jugada merece nuestra atención y que la disciplina mental es clave para un juego consistente y efectivo.
La mente humana es compleja y, en el ajedrez, nuestras percepciones y estados emocionales pueden influir significativamente en nuestro desempeño. Reconocer estos factores y trabajar en ellos es esencial para mejorar nuestro juego y evitar que la mente nos juegue una mala pasada.
Veamos el desenlace de esta partida jugada a 1 minuto por jugador con 2 segundos de incrementos por jugada. En el diagrama, donde le corresponde jugar a las negras, podemos apreciar que las blancas amenazan jugar Cxc7+ ataque doble.
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