Por Nibaldo- Instructor FIDE
¿Qué debe hacer un entrenador de ajedrez cuando un niño pierde una partida y comienza a llorar?
Perder es una parte natural del aprendizaje, especialmente en un juego tan desafiante como el ajedrez. Sin embargo, para muchos niños, la frustración y la decepción pueden ser abrumadoras, y no es raro que las lágrimas afloren tras una derrota. Como entrenador de ajedrez, tu papel no solo es enseñar tácticas y estrategias, sino también apoyar emocionalmente a tus estudiantes para que aprendan a manejar sus emociones y a crecer como jugadores y personas.
Aquí te dejo algunas claves para manejar estas situaciones con efectividad y sensibilidad:
1. Mantén la calma y muestra empatía
Reconocer y validar sus emociones es fundamental para que el niño no se sienta avergonzado por llorar o frustrarse.
2. Anima a expresarse con palabras
Con un poco de guía, los niños pueden aprender a poner en palabras sus sentimientos y a entender que las derrotas son oportunidades para mejorar.
3. Refuerza el aprendizaje, no solo el resultado
Enfocar la atención en el proceso y no solo en ganar o perder es vital para su desarrollo a largo plazo.
4. Enseña que perder también es ganar
De esta forma, el niño empieza a valorar la experiencia y el esfuerzo más que solo el resultado.
5. Ofrece un pequeño descanso o cambio de actividad
Si la emoción es muy intensa, puede ser útil hacer una pausa breve. Dar un poco de tiempo para respirar, tomar agua o jugar algo sencillo fuera del ajedrez puede ayudar a que el niño se calme y regrese con una actitud positiva.
6. Fomenta la resiliencia y la perseverancia
Con el tiempo, refuerza la idea de que la perseverancia es clave en el ajedrez y en la vida. Los grandes campeones han perdido muchas partidas antes de llegar a la cima. Mostrar ejemplos de jugadores famosos que aprendieron de sus derrotas puede ser inspirador.
Conclusión
Como entrenador, tu apoyo emocional es tan importante como tus conocimientos técnicos. Mostrar empatía, motivar, y ayudar a los niños a entender y manejar sus emociones tras una derrota es la mejor forma de construir jugadores resilientes, apasionados y felices.
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