Por Nibaldo Calvo Buides
Instructor FIDE
‘El ajedrez procura una suerte de inteligencia que sirve únicamente para jugar al ajedrez’.
Así sentenció Miguel de Unamuno (Bilbao, 29 de septiembre de 1864 – Salamanca, 31 de diciembre de 1936), escritor y filósofo español.
En general discrepo con Unamuno, con toda la personalidad artística que siempre lo distinguió, porque los conocimientos del ajedrez sirven para ser aplicados en la vida diaria.
Por ejemplo, el ajedrez nos enseña a tomar decisiones, como en la vida diaria.
También al jugar ajedrez elevamos nuestros niveles de atención y concentración, mismos que nos sirven para realizar determinadas actividades, como manejar, leer, escribir, etc…
Y podría detallarles más ejemplos…Unamuno se equivocó. Los humanos tenemos derecho a equivocarnos.
Pero, de manera particular, existen ajedrecistas que con sus vidas favorecen el pensamiento de Unamuno.
Me refiero a ajedrecistas que enfocan sus vidas solamente al ajedrez y no se desenvuelven en otras facetas de la vida que podrían ayudarlos a crecer más como personas y/o a ser un sustento de sus vidas cuando se aburran del ajedrez o cuando el negocio del ajedrez se les vengan abajo.
Ya lo sustenté en un artículo anterior: No solo de ajedrez vive el ajedrecista.
Los instructores de ajedrez deben ser puntas de lanza en la motivación de sus alumnos hacia una formación general integral. En el futuro, sus alumnos se los agradecerán.
Así sentenció Miguel de Unamuno (Bilbao, 29 de septiembre de 1864 – Salamanca, 31 de diciembre de 1936), escritor y filósofo español.
En general discrepo con Unamuno, con toda la personalidad artística que siempre lo distinguió, porque los conocimientos del ajedrez sirven para ser aplicados en la vida diaria.
Por ejemplo, el ajedrez nos enseña a tomar decisiones, como en la vida diaria.
También al jugar ajedrez elevamos nuestros niveles de atención y concentración, mismos que nos sirven para realizar determinadas actividades, como manejar, leer, escribir, etc…
Y podría detallarles más ejemplos…Unamuno se equivocó. Los humanos tenemos derecho a equivocarnos.
Pero, de manera particular, existen ajedrecistas que con sus vidas favorecen el pensamiento de Unamuno.
Me refiero a ajedrecistas que enfocan sus vidas solamente al ajedrez y no se desenvuelven en otras facetas de la vida que podrían ayudarlos a crecer más como personas y/o a ser un sustento de sus vidas cuando se aburran del ajedrez o cuando el negocio del ajedrez se les vengan abajo.
Ya lo sustenté en un artículo anterior: No solo de ajedrez vive el ajedrecista.
Los instructores de ajedrez deben ser puntas de lanza en la motivación de sus alumnos hacia una formación general integral. En el futuro, sus alumnos se los agradecerán.
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