Dos jugadores, de manera alternativa cada uno escribe una cruz y un cero en un cuadro vacío. El primero que complete tres cruces o tres ceros en horizontal, vertical o diagonal será el ganador.

 La visualización se realiza como en el tablero de ajedrez. Si Usted desea incrementar el nivel de dificultad de este juego puede realizarlo “a la ciega”. Los dos jugadores se ponen de acuerdo para denominar los 9 cuadros mediante la notación algebraica: a1, a2, a3, b1, b2, b3, c1, c2 y c3. 

Pueden jugar también incrementando la cantidad de cuadros por filas y columnas (4x4 y 5x5). 

Les garantizo que esta variante “a la ciega” será muy productiva.



El siguiente ejercicio es conocido como “Sopa de letras”, pasatiempo que consiste en una cuadrícula u otra forma geométrica rellena con diferentes letras y sin sentido aparente.
Este juego tiene muchísima similitud con el análisis visual que desarrollamos durante una partida de ajedrez, porque consiste en descubrir un número determinado de palabras enlazando estas letras de forma horizontal, vertical o diagonal y en cualquier sentido, tanto de derecha a izquierda como de izquierda a derecha, y tanto de arriba a abajo, como de abajo a arriba.
Mientras esperan el autobús o están en la cola de una tienda pueden resolver sopas de letras, que le ayudarán a incrementar sus niveles de visualización y análisis.
Aprovecho para invitarlos a encontrar en esta sopa de letras los siguientes apellidos de ajedrecistas famosos: Morphy, Steinitz, Botvinnik, Alekhine, Lasker, Capablanca, Fischer, Korchnoi, Karpov, Kasparov, Anand, Carlsen.