Por Nibaldo Calvo Buides
El ajedrecista norteamericano Frank Marshall (Estados Unidos 1877 – 1944), sentenció que en una partida de ajedrez “Un mal plan es mejor que no tener ningún plan.”
Igual ocurre con las elaboraciones de planes estratégicos empresariales. No dude que aunque la publicidad sea horrible, fracasada, pudiera lograr algunos provechos, debido a la repetición, que poco a poco va introduciendo en el subconsciente de los consumidores el deseo de conocer al nuevo “inquilino” que busca incrementar su rating en el mercado.
El mundo del ajedrez comercial es cada vez más exigente para quienes deseen triunfar en él.
Y me refiero al sector o grupo de personas que de manera profesional trabajamos en aras de rendirle un merecido culto a este noble juego.
Para quienes consideran que la publicidad representa un gasto, cometen un craso error, ya sea por escasa información o por total desconocimiento al respecto.
En México prevalece el estímulo al crecimiento de las empresas, no así a la competitividad, motivo que incide en el retraso del sector de la publicidad.
La falta de cultura empresarial impide ver a este desembolso como una inversión que contribuye a incrementar sus utilidades y no como un gasto innecesario.
La falta de cultura empresarial impide ver a este desembolso como una inversión que contribuye a incrementar sus utilidades y no como un gasto innecesario.
En el ajedrez comercial sucede lo mismo, es el reflejo de cómo marcha el sector empresarial mexicano.
En el mundo globalizado actual, si una empresa seria aspira a insertarse en mercados más amplios y diseminados, deberá invertir en publicidad y promoción de ventas para ganar a nuevos consumidores y usuarios.
En el mundo globalizado actual, si una empresa seria aspira a insertarse en mercados más amplios y diseminados, deberá invertir en publicidad y promoción de ventas para ganar a nuevos consumidores y usuarios.
Los ajedrecistas no podemos quedarnos a la zaga, por lo que yo me he dado a la tarea de involucrarme en campañas publicitarias, con mensajes comunicativos digeribles, trascendentes, de manera tal que incremente el número de clientes.
Como ya anuncié hace poco, se avizoran nuevos proyectos, nuevos caminos que me harán seguir creciendo.
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