Por Lic. Nibaldo Calvo Buides
Para mí la puntualidad resulta vital, imprescindible en mi vida. Si de cumplimiento de horarios se refiere, quienes me conocen saben cómo soy de puntual, y soy así desde mucho antes de haber “cursado” el sevicio militar.…
De la misma manera que me gusta ser puntual; siempre les solicito a mis alumnos que también lo sean. Se los informo desde la primera lección, para que sepan cómo será la tónica del curso.
Si yo voy a impartir un curso que va a iniciar a las 4:00 p.m, por ejemplo, yo acostumbro llegar al lugar al menos 20 minutos antes, en ocasiones hasta una hora antes.
Por tal motivo no concibo ni apruebo que un alumno llegue tarde, sin justificación alguna, porque al actuar así lo considero como una falta de respeto gravísima hacia el maestro.
Si el curso es de 4: 00 p.m- 5: 00 p.m, yo inicio en punto de las 4 y concluyo a las 5, ni más ni menos.
Porque en ocasiones sucede que como maestros y como seres humanos permitimos que un alumno se incorpore a clases 5 ó 10 minutos después de haber comenzado, y resulta que al término de la misma el alumno quiere que el maestro se quede “unos minutos más” para que le explique lo que le explicó al resto del grupo al inicio de clases.
Recientemente cancelé un curso que estaba impartiendo de 2 horas por cada sesión, por la sencilla razón de que los alumnos llegaron media hora después del horario fijado como de inicio. Y para colmo uno de los alumnos me pregunta que a qué hora iniciaba el curso….Otro ni tal siquiera “se tomó la molestia” de explicarme el por qué de su impuntualidad. Así no se puede.
Mi tiempo también vale. Y estoy completamente en desacuerdo con quienes acostumbran justificar sus impuntualidades con el clásico “es que los mexicanos somos impuntuales…” No es así, porque conozco a cientos y miles de mexicanos super puntualísimos.
Además, a esos que dicen que son impuntuales por naturaleza, estoy completamente seguro que si alguien les dice que si están en el zócalo de la ciudad de Oaxaca de Juárez a las 4:00 p.m recibirán ¡un millón de dólares!, ¿Ustedes creen que a las 4: 00 p.m no estarían en el zócalo?….¡¡¡Desde el día anterior estarían en el zócalo!!!!
Así que fuera las justificaciones, porque así no estaremos educando a nuestros hijos.
Para mí la puntualidad resulta vital, imprescindible en mi vida. Si de cumplimiento de horarios se refiere, quienes me conocen saben cómo soy de puntual, y soy así desde mucho antes de haber “cursado” el sevicio militar.…
De la misma manera que me gusta ser puntual; siempre les solicito a mis alumnos que también lo sean. Se los informo desde la primera lección, para que sepan cómo será la tónica del curso.
Si yo voy a impartir un curso que va a iniciar a las 4:00 p.m, por ejemplo, yo acostumbro llegar al lugar al menos 20 minutos antes, en ocasiones hasta una hora antes.
Por tal motivo no concibo ni apruebo que un alumno llegue tarde, sin justificación alguna, porque al actuar así lo considero como una falta de respeto gravísima hacia el maestro.
Si el curso es de 4: 00 p.m- 5: 00 p.m, yo inicio en punto de las 4 y concluyo a las 5, ni más ni menos.
Porque en ocasiones sucede que como maestros y como seres humanos permitimos que un alumno se incorpore a clases 5 ó 10 minutos después de haber comenzado, y resulta que al término de la misma el alumno quiere que el maestro se quede “unos minutos más” para que le explique lo que le explicó al resto del grupo al inicio de clases.
Recientemente cancelé un curso que estaba impartiendo de 2 horas por cada sesión, por la sencilla razón de que los alumnos llegaron media hora después del horario fijado como de inicio. Y para colmo uno de los alumnos me pregunta que a qué hora iniciaba el curso….Otro ni tal siquiera “se tomó la molestia” de explicarme el por qué de su impuntualidad. Así no se puede.
Mi tiempo también vale. Y estoy completamente en desacuerdo con quienes acostumbran justificar sus impuntualidades con el clásico “es que los mexicanos somos impuntuales…” No es así, porque conozco a cientos y miles de mexicanos super puntualísimos.
Además, a esos que dicen que son impuntuales por naturaleza, estoy completamente seguro que si alguien les dice que si están en el zócalo de la ciudad de Oaxaca de Juárez a las 4:00 p.m recibirán ¡un millón de dólares!, ¿Ustedes creen que a las 4: 00 p.m no estarían en el zócalo?….¡¡¡Desde el día anterior estarían en el zócalo!!!!
Así que fuera las justificaciones, porque así no estaremos educando a nuestros hijos.
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