En
ocasiones las relaciones de trabajo entre el entrenador de ajedrez y el alumno
no fluyen correctamente debido a las intromisiones del padre del alumno. Un
hecho común es que el padre del
ajedrecista, quien no sabe nada de ajedrez o conoce muy poco, le da orientaciones
precisas al entrenador acerca de lo que
debe enseñarle a su hijo.
En
cierta ocasión un padre de uno de mis alumnos me dijo (el padre es cubano como
yo): “Nibaldo, estuve en Cuba y un entrenador de allá me orientó un plan de
entrenamiento para mi hijo. Yo quiero que tu desarrolles ese plan de
entrenamiento a mi hijo.”
Así me dijo. Ni siquiera me sugirió de manera
amable incorporar ideas de ese plan de entrenamiento con el mío. No!, quería que
desarrollara el otro plan completamente.
Mi
respuesta fue: “Yo tengo mi propio plan de entrenamiento, el cual he
desarrollado de manera exitosa con mis alumnos. Si yo desarrollo con su hijo ese
plan de entrenamiento que Usted me sugiere, pues yo mismo me estaría faltando
al respecto, porque estoy demostrándome la incapacidad para entrenar a su hijo
con mi plan de entrenamiento.”
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