Texto y fotos: Por Maria Isabel Pardo Bernal
Desde Alicante, España
Hoy dio inicio el X Festival Internacional de Ajedrez Gran Hotel Bali de Benidorm (Alicante-España).
La primera ronda de Aficionados comenzó a las 5 de la tarde, hora taurina. Benidorm nos recibe con el cielo totalmente cubierto de nubes y con abundante lluvia. Los 15 grados de temperatura se nos antojan pocos para el clima tan cálido que goza esta preciosa ciudad. No renunciaré a mis paseos por el mar ni con este tiempo; sigue estando precioso.
El hall del espectacular Hotel es un hervidero de participantes que llegan. Prisas, saludos, encuentros, sonrisas.
Empezamos en un momento! , larga cola para recoger las credenciales… El bullicio recorre todos los rincones de este enorme y bonito hotel.
Hoy, el primer día de esta edición, quiero presentarles a un hombre al que respeto y admiro. Un hombre que enseña y ama al ajedrez desde el más entero anonimato. Se llama ANTONIO RUIZ VELERA.
Cuando le digo que quiero hacerle unas preguntas y unas fotos para publicarla, me mira con resignación; no cree que tenga interés. No es del todo consciente que gracia a personas como el, muchos chicos aprenden a valorar en toda su extensión a este deporte-ciencia llamado AJEDREZ.
Antonio nació en Linares (Jaén), asturiano de adopción, desde muy pequeño su familia se afincó en un pueblecito de la cuenca minera asturiana llamado Blimea. Con apenas 16 años ya estaba en el interior de la mina. Trabajó muy duro. Me dice que los mineros, en sus descansos eran muy aficionados a los juegos de mesa y también al ajedrez. Que el mal tiempo ayudaba. Pero el no terminó de introducirse en el juego hasta que vino a Elda, una ciudad industrial que ofrecía grandes oportunidades de trabajo, con buen clima y mucha alegría..
En esa época, las noticias acercaban al Gran Bobby Fischer y sus hazañas, a su “guerra” particular con la supremacía de los ajedrecistas rusos en el tablero.
Antonio lo seguía de cerca, con mucha curiosidad, y de forma autodidacta se fue introduciendo, sin vuelta atrás en este gran mundo. Comenzó a jugar por correspondencia. Más adelante se integró en el Club Ruy López de Elda.
MI.- ¿Cuándo empezaste a dar clases de ajedrez?
Antonio.- La verdad que muy tarde. Tenía vocación para enseñar. Mi mayor ilusión hubiera sido poder enseñar ajedrez a mis hijos. No pudo ser. Tengo tres hijos y a ninguno le interesó. Cuando me jubilé, me llegó la oportunidad de la mano de Pascual G. Pérez, un socio muy activo del Club (Al que tu conoces muy bien) –Me sonríe- Estaba buscando un monitor de ajedrez para el Colegio de sus hijos y yo, no lo pensé. Hasta hoy… Soy feliz impartiendo clases. En la actualidad doy clases en el Club y en dos Colegios.
MI.- Antonio, ¿Qué te gustaría destacar del ajedrez Antonio.
- Quiero decir que para mí, el ajedrez es como la vida misma, por eso me interesó tanto. Tienes que elegir e
intentar que tu elección sea la mejor entre varias, dependes de ti mismo…Creo que el ajedrez, a parte de ser un juego extraordinario es un elemento indispensable para la formación de los niños. Debería ser una asignatura obligada.
Llegado a este punto, Antonio me mira con impaciencia. Quiere terminar ya. Lo que le gusta es dar clases y ver jugar a “sus chicos”.
Tranquilo ya hemos terminado con las preguntas. Antes de despedirme quiero que sepas que voy a contar nuestro SECRETO…
Si, no me mires así… tu secreto y el mío. Quiero que todos se enteren que no has querido dar clases a adultos y menos a mujeres. Este verano te lancé la bomba… -Antonio quiero que me des clases de ajedrez-. Me preguntaste si estaba de broma. Yo te dije que nunca había hablado tan en serio. No quiero ser una jugadora de café, quiero aprender desde la base, a jugar bien. Aceptaste el reto de inmediato. Tu señora (Saludos Toñi) no daba crédito. Llevo tres clases contigo y estamos dispuestos a demostrar que NUNCA ES TARDE PARA APRENDER A JUGAR BIEN A AJEDREZ y que las mujeres estamos tan capacitadas como los hombres para jugar bien. Tenemos un gran reto por delante… aunque eso SERÁ OTRA HISTORIA.
Publicar un comentario