La correcta y oportuna difusión de los cursos de ajedrez permiten que los mismos tengan un gran alcance comunicativo y que cada vez más personas consideren al ajedrez con mayor seriedad y como lo que es: una actividad llena de beneficios en la formación general integral del ser humano.
Lamentablemente, en la República Mexicana escasean publicaciones impresas y/o digitales de corte cultural y social donde en sus páginas divulguen convocatorias o temas de ajedrez con asiduidad.
Puntualizo que no me refiero a sitios especializados en ajedrez, me refiero a publicaciones impresas y/o digitales de corte cultural y social.
De tal cuenta que resulta más fácil ver en una revista o boletín cultural alguna entrevista a determinado pintor, un artículo acerca de una cantante, una crítica de cine o un reportaje de una compañía de danza.
Alabo que las actividades culturales tengan su espacio, ¡qué bien!; pero si el ajedrez está considerado DEPORTE, ARTE y CIENCIA, ¿por qué no ocupa espacios privilegiados en páginas culturales? A veces ni tal siquiera vemos una notita de ajedrez.
¿Será que escasea la impartición de cursos de ajedrez en la República Mexicana?
¿Será que existen directores de estas publicaciones que no les interesen ni un ápice incluir al ajedrez en sus espacios?
¿Será que existe el divorcio comunicativo entre los organizadores de los cursos y las fuentes periodísticas?
Considero que hay de las tres problemáticas:
1. Seamos claros y sinceros: de acuerdo a la población y cantidad de municipios existentes en toda la República Mexicana nos percatamos de que escasean los cursos de ajedrez, y para colmo la mayoría dentro de esta minoría se desarrollan en las capitales estatales. Sin embargo, afloran por doquier agrupaciones musicales, hasta en los lugares más recónditos.
2. Es cierto que existen directores de publicaciones culturales que al desconocer ellos cómo se juega al ajedrez llegan a sentir cierto rechazo por el juego de las 64 casillas y hasta consideran que a los lectores no les interesaría leer ni una noticia de ajedrez. Es una manera de impregnarles a los lectores el contagio del rechazo.
3. En muchos organizadores de los cursos sí existe el divorcio comunicativo con las fuentes periodísticas, les restan importancia a la difusión. Me consta que en diversas latitudes de la República Mexicana existen promotores del ajedrez, esas personas que sin recibir un salario imparten talleres en sus comunidades y hasta en las ciudades; sin embargo, nadie del exterior se hace eco de eso porque no se divulga todo lo que hace.
JOLGORIO PARA EL JOLGORIO
EL JOLGORIO CULTURAL es una publicación cultural de Oaxaca, de circulación gratuita que paulatinamente ha incrementado su tiraje. Actualmente disponen de 10 mil ejemplares al mes, por toda la ciudad de Oaxaca de Juárez. Además, se encuentran en la red.
En múltiples ocasiones esta publicación se ha encargado de comunicar a los lectores acerca de mis cursos de ajedrez. He escuchado a padres decir que gracias a EL JOLGORIO CULTURAL se enteraron dónde yo impartiría el próximo curso, con cupos limitados, y rápidamente inscribieron a sus hijos.
Muy bien por EL JOLGORIO CULTURAL, y muchas gracias esta vez porque ha tenido la amabilidad de difundir el curso que me encuentro impartiendo en la BS BIBLIOTECA INFANTIL, de Oaxaca.
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