Hay una mentira enorme que se repite en escuelas, torneos, federaciones y redes sociales: que existen niños “naturalmente talentosos” que nacen para el ajedrez.
El talento es el mejor negocio del ajedrez
Muchos entrenadores y academias aman vender la idea de que:
¿Por qué? Porque así justifican:
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precios más altos,
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favoritismos,
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trato especial,
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marketing,
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propaganda para atraer alumnos,
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promesas vacías a los padres.
Pero casi nadie dice la verdad:
No existen los niños prodigio.Existen los niños entrenados.
El supuesto “talento” es simplemente esto:
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un niño que empezó antes,
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un niño con más apoyo,
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un niño con mejor entrenador,
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un niño con más recursos,
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un niño más disciplinado,
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un niño que cree en sí mismo,
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un niño que no tiene miedo a fallar.
Eso es todo.
El mito crea monstruos
Porque cuando se le dice a un niño que es “talentoso”, pasa esto:
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lo presionan más,
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lo comparan con otros,
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lo obligan a ganar siempre,
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lo convierten en una marca,
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y lo destruyen emocionalmente cuando pierde.
El mito también destruye a los demás niños
Cuando un niño escucha: “Él es talentoso y tú no”, aprende que perder es su destino.
El talento es el pretexto perfecto para la incompetencia
Padres, entrenadores y federaciones usan la palabra “talento” para justificar todo:
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el niño no mejora → “no es talentoso”
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la federación no apoya → “solo apoyamos a talentos”
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el entrenador no sabe enseñar → “tu hijo no tiene el don”
El talento se convirtió en LA EXCUSA para no asumir responsabilidades.
La verdad científica que nadie quiere aceptar
Estudios reales demuestran que el talento natural representa: menos del 5% en el rendimiento a largo plazo.
Lo que importa de verdad:
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práctica deliberada,
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buena metodología,
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apoyo emocional,
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tiempo de estudio,
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disciplina,
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motivación.
Pero eso no vende cursos.
La frase que debería reemplazar el mito
Ese niño casi siempre supera al “talentoso” que vive de su fama temprana.


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