Por Nibaldo- Instructor FIDE
El excepcional desempeño del Gran Maestro José Eduardo Martínez, representante de México, en la Copa Mundial FIDE 2025 dejó al descubierto un hecho innegable: hoy por hoy, México tiene en sus manos a uno de los jugadores más prometedores del continente. Su entrada en los cuartos de final del torneo más prestigioso del mundo fuera del Campeonato Mundial no fue casualidad: fue el resultado de preparación, disciplina y talento puro.
Sin embargo, surge una pregunta obligada y urgente: ¿está el ajedrez mexicano preparado para apoyar a un jugador de nivel mundial? La respuesta, basada en décadas de historia, es inquietante.
México necesita a José Martínez… pero José Martínez necesita mucho más que a México
En el ajedrez de alto rendimiento no existe el estancamiento: o se avanza, o se retrocede. Y para avanzar, un gran maestro de élite necesita algo irremplazable: torneos fuertes y constantes, enfrentamientos con jugadores de 2700 Elo, participación en circuitos profesionales en Europa y Estados Unidos.
Esto no es un lujo. Es una necesidad competitiva.
Si la Federación Mexicana de Ajedrez (FENAMAC) desea de verdad que José Martínez llegue a niveles históricos, debe garantizarle:
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Participación anual en torneos cerrados en Europa.
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Apoyo económico y logístico para circuitos en Estados Unidos.
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Entrenadores y segundos de primer nivel.
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Un plan estructurado, continuo y profesional.
De lo contrario, su crecimiento se frenará. Tan simple como eso.
El enemigo interno: el eterno problema del ajedrez mexicano
No es secreto para nadie —y sería irresponsable ignorarlo— que el ajedrez mexicano ha estado marcado por décadas de conflictos internos, luchas de poder, asociaciones estatales enfrentadas, intereses personales y una burocracia que ha frenado sistemáticamente a generaciones de talentos.
La historia es conocida:
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Directivos enfrentados entre sí.
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Jugadores enfrentados con directivos.
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Proyectos truncados por rencores personales.
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Federaciones estatales convertidas en trincheras políticas.
Y cada vez que surge un jugador destacado, aparecen los mismos actores de siempre: los oportunistas, los incompetentes, los que nunca han producido campeones, pero sí saben destruir carreras ajenas.
El riesgo anunciado: México podría convertir a José Martínez en su próxima víctima
Lo voy a decir con claridad periodística, pero sin filtros:
Su nivel, su fama reciente, su ascenso internacional y su capacidad de atraer atención y recursos lo convertirán —inevitablemente— en blanco de:
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Directivos incapaces que se sienten amenazados.
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Jugadores que no alcanzan su nivel y buscan desacreditarlo.
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Dirigentes que confunden autoridad con ego.
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Federativos más interesados en pleitos internos que en el desarrollo del ajedrez nacional.
Predigo desde ahora: veremos dimes y diretes, ataques velados y obstáculos injustificados, porque así ha ocurrido durante años con cualquier figura destacada.
Pero México no puede darse ese lujo.
México debe elegir: apoyar al talento o repetir sus errores
Si la FENAMAC y las asociaciones estatales desean de verdad que actualmente México entre en el mapa mundial del ajedrez, este es el momento de demostrarlo.
Su actuación en la Copa Mundial 2025 no debe ser vista como un logro aislado, sino como un llamado a construir políticas serias de alto rendimiento:
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Financiamiento estable.
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Entrenadores de élite.
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Calendario internacional garantizado.
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Protección institucional ante conflictos internos.
Sin eso, México no sólo perderá a un posible candidato a la élite mundial: perderá una oportunidad única en décadas.
Conclusión
Depende de que la Federación Mexicana de Ajedrez y sus asociaciones estatales estén en la misma fila de aspiraciones.


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