Por Nibaldo- Instructor FIDE
En el mundo del ajedrez, donde los jóvenes parecen dominar cada vez más el panorama competitivo, ver a una figura veterana brillar con fuerza renovada es un recordatorio poderoso de que el talento verdadero no tiene fecha de caducidad. Este fue el caso reciente de Vasyl Ivanchuk, quien, a sus 54 años, protagonizó una racha impresionante que lo catapultó de nuevo al centro de atención.
Durante el mes de abril de 2025, Ivanchuk disputó tres torneos seguidos —Reikiavik, Semana Santa y Menorca— y no solo se mantuvo invicto en 27 partidas consecutivas, sino que logró un sensacional +8=1-0 en Menorca. Este rendimiento le permitió sumar 40 puntos Elo, escalando hasta el puesto 82 del mundo, con un rating de 2644.
¿Qué hace especial este logro?
-
La consistencia bajo presión. Jugar tantos torneos con doble ronda en tan poco tiempo, sin mostrar signos de agotamiento mental o errores graves, no es común ni entre los más jóvenes.
-
La claridad en sus ideas. Ivanchuk no necesita depender exclusivamente de teoría; su enfoque creativo, lleno de sorpresas y miniaturas brillantes, le permite imponerse incluso a rivales mejor preparados.
-
El ajedrez como forma de vida. Su pasión por el juego se refleja en cada decisión sobre el tablero. Juega por amor al arte, no por la presión del ranking o los premios.
Lecciones que deja este regreso
-
La edad no es un obstáculo si hay preparación y motivación.
-
El ajedrez favorece a quienes piensan con originalidad.
-
La mente resiliente supera a la teoría cuando se juega con visión.
-
Jugar seguido, bien y sin miedo puede generar un efecto acumulativo positivo.
Reflexión final
El regreso de Ivanchuk no es solo una historia de éxito individual. Es también un mensaje para todo jugador: el ajedrez recompensa la pasión, la constancia y la valentía de pensar diferente. Y cuando ese espíritu permanece intacto, incluso las piezas parecen conspirar a favor del jugador.
Publicar un comentario