Por Nibaldo- Instructor FIDE
¿POR QUÉ HAY TAN POCAS MUJERES EN EL AJEDREZ?
Es una pregunta que ha rondado los tableros durante décadas: ¿por qué las mujeres son minoría en el mundo del ajedrez? A pesar de que el ajedrez es un deporte intelectual, sin exigencias físicas que favorezcan a un género sobre otro, la brecha de participación y visibilidad entre hombres y mujeres sigue siendo profunda. Veamos algunas razones clave que explican este fenómeno.
1. Condicionamientos socioculturales desde la infancia
Desde temprana edad, a muchas niñas no se les incentiva del mismo modo que a los niños a participar en actividades como el ajedrez. En muchos contextos, el ajedrez es percibido como una actividad "masculina", mientras que se espera que las niñas opten por otras áreas, como el arte o la danza.
“A los niños se les anima a ser competitivos. A las niñas, a ser buenas. Esa diferencia puede parecer pequeña, pero en el ajedrez lo cambia todo.”— Jennifer Shahade, maestra internacional y promotora del ajedrez femenino
2. Falta de modelos femeninos visibles
Aunque existen figuras destacadas como Judit Polgar, la mayoría de los referentes mediáticos del ajedrez siguen siendo hombres.
“No quise ser la mejor mujer ajedrecista del mundo. Quise ser la mejor, punto.”— Judit Polgar
Sin referentes constantes en los medios, muchas niñas no se imaginan en un podio, ni compitiendo en un torneo internacional.
3. Menor apoyo y oportunidades
Según datos de la FIDE (2024), menos del 15% de los jugadores registrados en torneos internacionales son mujeres. Y aunque la participación femenina está creciendo, sólo una mujer —Hou Yifan— aparece entre los primeros 100 del ranking mundial absoluto.
Esto se debe, en parte, a un acceso limitado a entrenadores de élite, becas, y redes de apoyo. Algunas federaciones, además, aún promueven eventos femeninos que no ofrecen los mismos premios ni prestigio que los torneos abiertos.
4. Ambiente competitivo poco inclusivo
Muchas jugadoras han denunciado actitudes sexistas, miradas despectivas o comentarios fuera de lugar en clubes y torneos. Estos micro-ataques, aunque a veces invisibles para los organizadores, minan la confianza y el deseo de continuar compitiendo.
“A veces lo más difícil no es jugar bien, sino lidiar con el ambiente. He perdido partidas por estar más preocupada de demostrar que merezco estar allí que por el tablero.”— Alexandra Kosteniuk, excampeona mundial
5. Presiones externas y equilibrio personal
Muchas mujeres deben conciliar estudios, trabajo y familia en contextos donde el ajedrez no es una prioridad cultural ni económica. Mientras algunos hombres logran dedicarse exclusivamente a su carrera ajedrecística, las mujeres a menudo enfrentan más obstáculos para comprometerse al 100% con su desarrollo deportivo.
¿Qué se puede hacer?
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Visibilizar a más mujeres ajedrecistas en medios, torneos y redes sociales.
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Crear programas escolares y comunitarios enfocados en niñas y adolescentes.
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Fomentar la inclusión activa en clubes, federaciones y espacios de entrenamiento.
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Asegurar premios y condiciones iguales en torneos femeninos y mixtos.
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Invertir en liderazgo femenino dentro de las organizaciones de ajedrez.
Reflexión final
El ajedrez no es propiedad de un género. El cerebro no tiene sexo, y la pasión por el tablero puede arder con la misma fuerza en una niña que en un niño. El futuro del ajedrez será más brillante cuando logremos que más mujeres se sientan bienvenidas, valoradas y motivadas a jugar y competir.
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