Por Nibaldo- Instructor FIDE
En el ajedrez, pocas cosas son tan impactantes como ver cómo alguien lanza a su dama a la hoguera. Es ese momento en el que nos quedamos boquiabiertos pensando: "¡Esto va a ser épico!" Pero, a veces, ese sacrificio que parece llevarnos directo al mate puede esconder un detalle, una jugada intermedia del rival que se nos escapó... y entonces, adiós al jaque mate, y adiós a la partida.
Este tipo de error es común. El ajedrecista que sacrifica la dama siente una mezcla de emoción y orgullo, una especie de adrenalina que nubla el cálculo preciso. Pero el sacrificio de la dama no es cualquier cosa. Es como quemar tus naves: solo debe hacerse cuando tienes la certeza de que no habrá marcha atrás.
La lección es clara: antes de entregar tu dama, detente, respira, y piensa como si tu partida dependiera de ello (¡porque en realidad lo hace!). Los sacrificios, especialmente los que involucran la dama, deben estar respaldados por un análisis detallado y una confianza absoluta en que el mate llegará sin interrupciones.
Así que la próxima vez que te tiente esa jugada espectacular, revisa bien y asegúrate de que no haya un "pero" en el camino. Porque la dama, cuando se va, no siempre regresa… y el jaque mate, sin ella, puede ser solo una ilusión.
Parham jugò 1…;Dxg3 (diagrama de abajo), especulando con el siguiente jaque mate...
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