Por Nibaldo- Instructor FIDE
En ajedrez, la táctica es el corazón del juego. Las partidas no se ganan solo con planes estratégicos a largo plazo, sino con decisiones concretas que aprovechan errores del rival en el momento preciso. Quien domina la táctica, domina las oportunidades.
El estudio constante de temas tácticos —como el doble ataque, la clavada, el sacrificio, la desviación o el ataque al rey— permite al jugador ver combinaciones que otros no ven. Esto no solo ayuda a ganar material o dar jaque mate, sino también a evitar errores graves, ya que mejora la visión y el cálculo.
Muchos jugadores se estancan porque juegan muchas partidas, pero estudian poco. La táctica se entrena, igual que un músculo: resolviendo ejercicios a diario, analizando partidas clásicas y entendiendo por qué funciona una combinación. No basta con memorizar; hay que comprender.
En todos los niveles, desde principiantes hasta maestros, la táctica marca la diferencia. Un jugador con buena base táctica puede sobrevivir a una mala posición y castigar cualquier imprecisión del rival. Por eso, estudiar y dominar los temas tácticos no es opcional: es una necesidad para progresar en el ajedrez moderno.
Veamos el desenlace de la siguente partida que he jugado online a un minuto para cada jugador. Es mi turno,yo conduciendo las piezas blancas.


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