Por Nibaldo Calvo Buides
Desde la
sede, la jugadora Jacqueline Bosch, de origen cubano y que ahora juega en representación
de Ecuador, me informó que tras el suceso hubo un pánico generalizado que hizo
pensar a muchos que se trataba de una alerta de bomba.
El
periodista español Leontxo García acota que “Nadie ha olvidado que la Interpol
anunció una amenaza terrorista contra Noruega una semana antes de que comenzara
la Olimpiada. Ello explica que cientos de jugadores, y especialmente el equipo
femenino de Israel, cercano al lugar de los gritos, empezaran a correr
despavoridos, buscando una salida.”
Y Leontxo
agrega que “La angustia del masaje cardiaco duró una media hora, mientras el
hijo de Meier, primer tablero de Seychelles, sus demás compañeros, los rivales
ruandeses y otros ajedrecistas de los cinco continentes lloraban, ponían caras
de enorme tristeza y miraban al círculo desde una distancia prudencial.
"El
hondureño Héctor Mejía, árbitro de ese encuentro, intentaba, a duras penas,
describir lo ocurrido: “Tal como estaban las piezas en el tablero en ese
momento, creo que Meier creía que iba a ganar cuando su rival encontró una
combinación que le garantizaba el empate. Justo ahí empezó a desplomarse poco a
poco en su silla, y finalmente su cabeza cayó sobre el tablero.
“Cuando los
médicos se rindieron y taparon el cadáver con sábanas para llevárselo muchos
capitanes de equipo hicieron lo posible para que sus jugadores aún en lucha,
jugándose mucho en algunos casos, no se enteraran del desenlace.”
Mi más
sentido pésame para la familia de Kurt Mejer. Descanse en Paz.
Publicar un comentario