Por Nibaldo Calvo Buides
Años atrás me preocupaba muchísimo por dedicarle horas y horas al estudio de aperturas y defensas.
La verdad es que no tenía bien definido mi repertorio para jugar con piezas blancas y negras, según las contestaciones de mis rivales.
Si alguien me comentaba que había comenzado a estudiar determinada apertura y defensa, y que le había traído favorables resultados, pues yo me adentraba a estudiarlo.
Y a los 15 ó 20 dias, sin aún haber podido experimentar lo investigado, aparecía alguien más que me aconsejaba otra variante y yo cambiaba mi estudio.
O si veía una partida perdida por Kasparov o Karpov, en la variante escogida por mí, pues yo renunciaba a ella.
Este constante cambio (en tan poco tiempo) es síntoma de inseguridad en lo que supuestamente una elige como arma favorita de uno.
Es cierto que este proceder tiene como gran beneficio de que uno logra conocer diversas posiciones de juegos abiertos, semiabiertos y cerrados; pero, ¿es lo más conveniente?
Categóricamente NO.
En nuestros días el estudio de aperturas y defensas constituye todo una locura para muchos ajedrecistas jóvenes, quienes en su afán de progresar (según sus criterios), le dedican horas y horas a devorar volúmenes de la apertura vienesa, la defensa francesa, etc...
Y le prestan poca atención al estudio de los temas tácticos, estratégicos y finales de partida.
Entonces llegan a un torneo y se encuentran con el amargo sabor de que en 5 partidas (de 7 que jueguen) sus rivales le juegan variantes totalmente desconociddas por ellos, obligándolos a caer en el campo de la tactica y la estrategia, donde le han prestado menos atención.
Comparto el criterio de los especialistas que recomiendan que del 100 % del tiempo que tengamos para estudiar ajedrez, le dediquemos solo el 10% al estudio de aperturas y defensas.
Pero ante todo debemos definir claramente nuestro repertorio de aperturas y defensas, que concuerden con nuestro estilo de juego.
Si un trebejista tiene sangre para los riesgos y complicaciones, se le recomienda entrar en variantes de juego abierto. Con blancas 1.e4 conduce a ese camino de rollos.
Confiemos en nuestro repertorio de aperturas y defensas. Y esa confianza no se logra con solo decirlo, sino con el estudio correcto de lo que vamos a jugar.
Más que aprendernos de memoria determinada apertura ó defensa, les recomiendo que comprendan los planes de juego de esa apertura ó defensa en cuestión, que conozcan a la perfección cómo se desarrollan las piezas, que comprendan por qué no resulta conveniente desarrollar el caballo vía f3, y sí por e2.
Por otra parte, debemos mantenernos al tanto de las últimas novedades concernientes a nuestro repertorio, para que no seamos cazados; y en todo caso convertirnos en los cazadores.
Internet es una ecelenta alternativa para estar al tanto de lo último; o por lo menos de temas actualizados.
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