Actualmente es reconocido a nivel internacional por este negativo récord.

¿Cómo Usted se sentiría si participaras en un torneo de ajedrez y perdieras todas las partidas y a su vez quedaras en último lugar de la tabla de posiciones?

Estamos hablando de que lo han enviado al frío sótano.

Que tengas un score perfecto: de 7-7 derrotas!!!!! Sin la sombra de una victoria ni de unas tablitas...

Yo nunca he pasado por una situación así, y en toda mi vida nunca he quedado ubicado en último lugar de un torneo. Sí he finalizado a mitad de tabla o un poco más abajo; pero siempre he quedado con la grandiosa satisfacción de haber jugado partidas bien luchadas.

Porque de eso se trata amigos, de jugar ajedrez a buen nivel, de no dejarse caer tan fácil, de disfrutar cada partida, de jugar para ganar, de poner en práctica todo lo aprendido...

Sí me gustaría aconsejar a quienes han pasado por esas mala situación que mencioné, la de finalizar en último lugar con cero puntos; y mucho más a los que están por pasarlo...

Primero: reconozcan toditas sus derrotas, no entren en justificaciones ni se ponga a buscar culpables que no existen. El único responsable de todas sus derrotas es Usted, quien cuenta con suficientes fuerzas y preparación para vencer ese trance.

Segundo: No se tenga lástima, ni se sienta desbaratado. Es normal que en esa situación existan algunos colegas que no se le acercarán, para no compartir su sufrimiento y para evitar contagiarse con su desgracia.

Borrón y cuenta nueva, ponga su mente en función de otros torneos en los que participará. La vida continúa.

Tercero: En vez de preocuparse por lo acontecido, lo que deben hacer es ocuparse de sacarle provecho a sus derrotas. Bien lo dijo el mítico José Raúl Capablanca: "Nada es tan saludable como una paliza en el momento oportuno. De pocas partidas ganadas tengo aprendido tanto como de la mayoría de mis derrotas." ¡Eso lo dijo el mismo Capablanca!, así que levante el ánimo!!!

Cuarto: Borre de su mente la idea de que ya Usted está acabado, de que se encuentra en el límite de su carrera ajedrecística. Esas debacles le suceden a cualquiera, hasta a los jugadores de la elite mundial.