Por Lic. Nibaldo Calvo Buides
Tenía yo unos 7 u 8 años cuando Edy, amigo de la escuela y del barrio, quien tenía igual edad que yo, me enseña cómo jugar ajedrez.
Su reglamento obligaba a que uno tuviera que jugar “bien despierto”, porque consistía en que si uno recibía un jaque, ya perdía la partida.
Nada de MOVER EL REY A UN CUADRO DONDE NO QUEDARA AMENAZADO, o CUBRIRSE, o ELIMINAR A LA PIEZA QUE DABA JAQUE.
Un jaque y se acababa la partida.
Luego fue que con mi hermano mayor aprendí qué era jaque y qué jaque mate, no sin antes perder no se cuántas partidas con Edy, porque la verdad es que su reglamento ajedrecístico era muy exigente.
Luego me correspondió a mí enseñarle a Edy el REGLAMENTO DE LA FEDERACIÓN INTERNACIONAL DE AJEDREZ, y como él se había estancado en su reglamento propio, pues al hacer el cambio al REGLAMENTO OFICIAL me desquité de las derrotas sufridas.
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