Por Nibaldo Calvo Buides

En mis incursiones como jugador de torneos en Oaxaca, he vivido momentos de molestias, todo por actitudes incorrectas de algunos trebejistas, quienes a toda costa y costo buscan la manera de "soplar jugadas" a sus amigotes...
Como los tramposos buscan la manera de sobrevivir ante sus delatores (en caso de ser atrapados con la mano en la masa), pues ellos se han inventado su paquete de señales, al estilo de los managers de beisbol.
Rascarse una oreja, chuparse un dedo, alisarse el pelo…cualquiera de estas normalidades pudieran representar opciones específicas de jugadas que solo las conocerán los implicados en la trampa.
Me imagino cuanto malestar pudiera ocasionarles a algunos el hecho de que yo, quien vine "de afuera", “del mas allá”, les arrebate los principales premios.De igual manera sucedería si un trebejista oaxaqueño, o de cualquier Estado de la República mexicana se va a vivir a Cuba. ¿Acaso los paisanos míos ayudaran para que el extraño acapare los premios?
Dudo que uno de mis paisanos le regale un punto al visitante para que acapare la cima. Sera todo lo contrario.
Es lógico que tanto allá como aquí la rivalidad estará vigente.
Siempre he visto bien la existencia de una rivalidad sana, en pos del triunfo, esa rivalidad que te obliga a tomar los libros y prepararte bien para el próximo torneo.
Lo que veo mal es que los jugadores usen artimañas para anotarse el punto.A ellos, el ajedrez no les ha desarrollado el sentido ético, uno de los beneficios que reporta la practica de esta disciplina milenaria.
Al ser el ajedrez un juego de reglas, al establecer valores, criterios y normas generales para el desarrollo técnico de la partida, la conducta y actitud del jugador, esta actividad establece una ética de carácter universal.Por ello, en la edad escolar, cuando en el joven comienza a consolidarse la moral autónoma, el ajedrez da una pauta en el momento propicio para la adquisición de valores morales y el desarrollo del sentido de la justicia.
A veces suelo preguntarme, ¿Por qué existen tantos jugadores que solo les interesa progresar sobre el tablero y no en su comportamiento físico y verbal?
¿Por qué menospreciar a fulano o a mengano porque estos cuentan con un nivel competitivo inferior al nuestro?
¿Qué Usted prefiere, una victoria sucia o una derrota limpia?
Instructores de ajedrez: Impartámosles a nuestros alumnos clases sobre estrategia, táctica, finales, aperturas…, pero no dejemos a la deriva la ética ajedrecística.
Considero que no seria ocioso que en cada sesión le dediquemos aunque sea 5 minutitos a este tema.
¿Qué opinan Ustedes?
Como los tramposos buscan la manera de sobrevivir ante sus delatores (en caso de ser atrapados con la mano en la masa), pues ellos se han inventado su paquete de señales, al estilo de los managers de beisbol.
Rascarse una oreja, chuparse un dedo, alisarse el pelo…cualquiera de estas normalidades pudieran representar opciones específicas de jugadas que solo las conocerán los implicados en la trampa.
Me imagino cuanto malestar pudiera ocasionarles a algunos el hecho de que yo, quien vine "de afuera", “del mas allá”, les arrebate los principales premios.De igual manera sucedería si un trebejista oaxaqueño, o de cualquier Estado de la República mexicana se va a vivir a Cuba. ¿Acaso los paisanos míos ayudaran para que el extraño acapare los premios?
Dudo que uno de mis paisanos le regale un punto al visitante para que acapare la cima. Sera todo lo contrario.
Es lógico que tanto allá como aquí la rivalidad estará vigente.
Siempre he visto bien la existencia de una rivalidad sana, en pos del triunfo, esa rivalidad que te obliga a tomar los libros y prepararte bien para el próximo torneo.
Lo que veo mal es que los jugadores usen artimañas para anotarse el punto.A ellos, el ajedrez no les ha desarrollado el sentido ético, uno de los beneficios que reporta la practica de esta disciplina milenaria.
Al ser el ajedrez un juego de reglas, al establecer valores, criterios y normas generales para el desarrollo técnico de la partida, la conducta y actitud del jugador, esta actividad establece una ética de carácter universal.Por ello, en la edad escolar, cuando en el joven comienza a consolidarse la moral autónoma, el ajedrez da una pauta en el momento propicio para la adquisición de valores morales y el desarrollo del sentido de la justicia.
A veces suelo preguntarme, ¿Por qué existen tantos jugadores que solo les interesa progresar sobre el tablero y no en su comportamiento físico y verbal?
¿Por qué menospreciar a fulano o a mengano porque estos cuentan con un nivel competitivo inferior al nuestro?
¿Qué Usted prefiere, una victoria sucia o una derrota limpia?
Instructores de ajedrez: Impartámosles a nuestros alumnos clases sobre estrategia, táctica, finales, aperturas…, pero no dejemos a la deriva la ética ajedrecística.
Considero que no seria ocioso que en cada sesión le dediquemos aunque sea 5 minutitos a este tema.
¿Qué opinan Ustedes?
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