Por Nibaldo Calvo Buides
1.e4 c5; 2.b3 contra la defensa Siciliana
Durante mi etapa de estudios
universitarios (Universidad de La Habana, Cuba, 1995-2000), conformé la
selección de esa Casa de Altos Estudios, y tuve la dicha de tener como
entrenador al Maestro Internacional cubano Néstor Vélez, quien inscribió su
nombre con letras doradas en la historia del ajedrez de la Isla, al conquistar
el Campeonato Nacional en 1980.
Vélez, caracterizado por un estilo de
juego emprendedor, vivo, lleno de sutilezas tácticas, siempre dispuesto a jugar
en busca del punto.
En los entrenamientos siempre nos
inculcaba la búsqueda de maniobras tácticas, a toda costa y costo, porque para
él el ajedrez es verdadera lucha.
Por esa fecha, en una ocasión Vélez ganó
un torneo en La Habana y la prensa nacional se hizo eco de ello, resaltando el
desempeño del veterano trebejista.
En la Academia yo felicité a Vélez, y él
amablemente nos reprodujo algunas de sus victorias del citado evento.
Alrededor de 3 ó 4 victorias las
consiguió con piezas blancas, enfrentando a la temida Defensa Siciliana. 1. e4
c5; 2.b3 fue el planteo mostrado por Vélez, una variante hasta ese momento
desconocida por mí y Vélez no dudó en explicarnos los esquemas de juego y las
ideas del planteo.
Con detenimiento “grabé” en mi mente
todas las ideas y a partir de entonces la jugué muchas veces de manera exitosa.
También varios de mis alumnos han triunfado con este esquema.
Como soy un hombre agradecido, desde aquí
le doy las gracias al MI Néstor Velez.
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